Diario de soledad 2.0 (5)

Suelo resistirme a escribir a esta hora, suelo estar esperando que el aparezca y cambie algo, espero hasta el último segundo, pero acá estoy, porque no solo sé que eso no va a pasar, sino que también se que esta bien que sea asi. Aunque para que mentirles, mi corazón quiere un abrazo y ayer entre lágrimas y gritos no dejaba de pensar un segundo que por un abrazo suyo se bancaba una semana más de lo mismo.
Quizás todo lo que le pedí a Dios anoche llega de otra forma, quizás esa ayuda que le pedí en vez de venir en forma de el quedándose, llega en forma de levantarme sola.
Desde el primer segundo un día más lo espere y creo que el límite vino en forma de ataque de pánico.
No poder respirar, sentir raros los latidos, temblar, transpirar, tener miedo de explotar, no querer salir de 4 paredes.
Yo no quiero volver a ser eso, me niego.
Así que acá estoy, me arriesgue a irme, a irme lejos volver después.
Me voy, me voy a intentar cambiar de aire, a sacar la cabeza a pasear, quizás lejos de lo cotidiano la soledad pueda volver a ser reflexión y no tristeza.
Entre lágrimas y temblores digo, SIEMPRE ADELANTE.