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Y para sorpresa sólo mía, porque estoy segura que ni el se imaginaba que lo amara tanto, para sorpresa, no corrieron emociones, quizás porque todavía creo que sin mi vas a estar bien, que a pesar de las lágrimas que se te cayeron vas a volver a sentir sólo por vos y superarlo, y quizas no, pero ya no podía engañar a mi cabeza, porque cuando el corazón y la cabeza están de acuerdo no hay excusa que valga. No podía creer que me quisieras, no podía creer que lo intentarás, otra vez perdí un poco la fe en que haya más que decepciones. Pero no es para siempre, de eso estoy segura, a mi también se me va a ir el dolor.

Te amé, te amo y te voy a amar siempre, pero ya no tengo más amor para entregar que el que te di.

Lamentablemente

Y el problema quizás, no sea la falta de amor, sino el abuso de el. Quizás si me querias, pero estabas tan seguro que yo también, que te diste el lujo de decepcionarme sin límites, porque tenías la seguridad de que iba a volver, de que el enojo, el dolor iba a pasar. Y yo quise decirte, quise que sepas que siempre quedaban restos de mis caídas, de tus empujones, aunque volvieras a levantarme. Pero no escuchaste. Y pese a eso fui yo quien después de un tiempo me levante y fui a agarrarte la mano cuando vos no me levantaste. Pero tarde o temprano iba a pasar, tarde o temprano a alguno de los dos algo le iba a pesar más que el amor, y lamentablemente fue a mi, que el dolor me arrastró hasta dejarme muy lejos. Digo lamentablemente porque quizás a vos te quedaban fuerzas, pero a mi no. Ya te las había entregado antes.

Alejo

Y al final, no hay moralejas, ni empezadas, ni inconclusas, ni terminadas, no hay príncipe azul, ni gris, ni blanco, no hay princesa, ni bruja, ni sapo, al final, todo queda en nada, todo termina igual que como empezo, pero con una cuota de dolor, de desilusión, de cicatrices, de recuerdos, queda con algo que no se borra, pero pesa, y el tiempo dirá si se olvida o no. A esta altura del juego, porque al parecer de eso se trata, no quedan cartas por tirar, no quedan promesas por hacer, ni verdades, ni mentiras, queda sólo el amor y el dolor, y las dos cosas del mismo lado. Queda el recuerdo de quien te hizo volar por amor, por felicidad, por ilusión, por lo que fuera, pero volar. Quedan los espacios plagados de recuerdos, plagados de regalos, o recordatorios. Quedan todos los planes, los proyectos, las películas por ver, como una presencia constante que no deja olvidar que en algo fracasamos, fracase, fracasaste, quien sabe... Quiero pensar que si una vez pude romper una barrera, pude hacer fuerza y acercarme en vez de alejarme, también voy a poder sentir ese amor otra vez, quiero seguir pensando que todo se puede, que si es posible, y que es real amar y sentirse amado, aunque por ahora sienta que se rompe el corazón de sólo pensarlo. Creó que el tiempo hace que las cosas malas se olviden, aunque no estoy muy segura de que el tiempo tenga ese efecto sobre mi, pero tengo fe en eso, en que sirva y que no borre todo, pero que me enseñe a quedarme sólo con buenos recuerdos, que aunque siempre es más fácil pensar lo negativo, uno no puede ignorar la infinidad de sonrisas que soltó alguna vez. Y al final, aunque no hay más que mucho de lo que pienso, de lo que siento, de lo que anhelo y más, al final, se trata de vos, siempre se trató de vos. Eso soy yo.

Me enseñaste a no temblar hasta las lágrimas, no me voy a olvidar. Te amo, siempre.