Atrás, finalmente.

Y finalmente lo logro, me soltó hasta que lo solté, me saco de su vida sin más, por primera vez no mire atrás, porque sabía que mientras yo esperaba que estuviera por frenarme el ya se había ido para otra parte y entonces empecé a mirar para otros lugares, a veces me cruzo con cosas buenas y a veces con cosas malas, a veces acierto sin buscarlo y otras como hoy siento que fue en vano, que me equivoqué. Pero ya no vuelvo, ya no volteo y me quedo esperando, ya no espero, aunque me equivoqué mil veces más. Su recuerdo, si, su recuerdo sigue ahí más de una vez, más de una vez los brazos que me rodean no aprietan tan fuerte, los besos de buenas noches no saben a amor y mi paz se pierde un poco entre la noche, el día y los intentos. Pero será, será que la vida se trata de eso al final? A veces perder, a veces ganar, caer, levantarse, seguir y un día sin previo aviso, chocarse con un alma que acompañe la propia, que sane, que haga todo un poco mejor? Quizás si y quizás no, pero se trate de lo que se trate esta vida EL CAMINO ES SIEMPRE ADELANTE.

Diario de soledad (Día 12)

Es complicado escribir un diario de soledad cuando uno no se siente tan solo... A veces, muy de vez en cuando destapo el alma un rato y más de una vez me llevo una sorpresa, más de una vez alguien me ve brillar y quiere entrar. Se siente bien una mirada de amigo, una palabra de aliento, alguien a quien le resultes agradable...
Se siente que no soy tan ajena al mundo, como si de alguna forma probara que en mi hay mucho más que esa persona dolorosa y complicada.
Del amor, sigue ahí, sigue en el mismo lugar, quizás con las cosas un poco más claras lo que lo hace más liviano, pero sin avances, sin muestras, ya sabíamos que nos queríamos, ya sabíamos que éramos importantes, pero todavía no están en planes los sacrificios necesarios y está bien... Tenemos caminos diferentes, vidas diferentes, pero a veces el mismo corazón.
En fin, hoy fue un buen día, por muchas cosas, por muchas palabras, por muchas personas, muchas lunas y atardeceres.

Diario de soledad (Día 11)

Un día más que se va yendo, un día más que sobrevivo y que lucho, un día en el que no, no me reí sin pensar en nada, ni disfrute como me hubiera gustado hacerlo del lugar donde estoy, pero si sonreí dos veces ninguna fue forzada. Una vez más no aguante, mi alma blandita, melosa y rota le hablo, le confesó en un te odio el te amo más grande, y en un te extraño el te necesito más evidente y paradójico, contradictorio y hasta un poco erróneo, la misma persona que me rompió el alma una y otra vez con una sola palabra me la acaricio por un segundo o eso es lo que se sintió adentro... Entre tantos escombros una gota de luz, una ínfima que se terminó por ir, pero bueno, al menos me deja saber que todo lo que siento sigue casi intacto... No fue un mal día, pese a las lágrimas, pese a la tristeza, sentí paz en algún momento que es mucho más que nada.
Me da un poco de ansías volver, sentir el abrazo de alguien querido, alguien que me respete y conozca mi dolor aunque sea un poco, pero por otra parte me da algo de temor volver y sentirme igual que cuando me fui, otra vez desesperada por sacar esta tristeza, volver a sentir la soledad como un dolor enorme y no poder controlarlo. Confío en mi, confío en mi fuerza, en mi lucha, en el amor que construyo conmigo misma y en que todo pasa si uno quiere.
Nunca se está 100% seguro de nada, solo queda prepararme para lo que sea que venga bueno o malo, la tormenta seguirá o cesará no lo sé, en algún momento el sol brilla, SIEMPRE.

Diario de soledad (Día 10)

Diferente a otros días hoy tuve paz, el dolor que me acompaña en este tiempo me dejó ser un rato más que ayer, las lágrimas que ayer no me dejaban en paz hoy cesaron. El que ayer tanto dolor causo, sigue siendo de la primera plana del día, pero no me robo el alma esta vez. Lo sé, sé que va a haber en  principio días malos y buenos y se que en el primer tiempo abundan los malos, pero es una cuestión de fuerza, de actitud, de voluntad y sobre todas las cosas amor propio. Aunque caiga y colapse más de una vez, ya no soy la que fui, ya soy consciente que el dolor realmente pasa, que estar sola es relativo y que el amor que le tengo no sé va a apagar mañana, pero no va a ser el último de esta vida. Porque de eso se trata esta vida para mi, de amar.
Una mezcla de fuerza y tristeza que me llena, pero esta vez empuja para adelante.
La soledad puede ser reflexión y no tristeza.

Él, en mi cabeza.

En mi cabeza esto iba a ser para mejor si los dos hacíamos nuestra parte, en mi cabeza íbamos a hablar a una hora fija todas las noches, mirándonos por la pantalla con ganas de vernos en persona, en mi cabeza íbamos a contarnos las cosas del día, en mi cabeza íbamos a reírnos un poco, en mi cabeza iba a lagrimear un poco, en mi cabeza iba a contar los días para verte y vos también. Pero no, pero mi fuerza de los primeros días, mi buena onda se rompió cuando los comentarios sobre vos empezaron a llegar, que está de acá que la otra de allá, que label, y en mi cabeza me preguntaba quien es esa persona, y en mi corazón, en mi corazón se desmoronaba todo, otra vez.
Hoy vacilo entre hablarle y decirle todo, preguntarle por qué, por qué tuvo que hacer esto... Y no me doy cuenta que no es solo ella o ellas, es el, fue el que decidió esto en el momento que prefirió irse solo a pesar de mi dolor y mis promesas.
Fue el cuando dejo de amarme tanto como a si mismo, fue el cuando me faltó el respeto, fue el todas las veces que lo necesite y no estuvo, fue el que eligió a alguien más para pasar las horas una y otra vez, es el al que mi dolor le parece algo normal, es el que para volver a mi tuvo que probar algo más, es el que es egoísta, es el que no valoró todo lo que di, todo lo que ame.
Es él que aunque no deje de amarlo ya no es el él que me hizo TAN feliz una vez.

Necesitar

Después de su frialdad, después de sus palabras que cortan cual cuchillos mi aire, dormirme y despertarme con su pensamiento, necesitandolo al lado, queriendo abrazarlo es casi una tortura. Y si es una tortura porque no fue una simple pelea, fue una de esas veces que las cosas terminan para siempre, que no hay vuelta que darle, que el único camino es irse o que alguno de los dos de un giro 360, ya estuve en ese lugar, ya me tocó, pero el jamás lo haría y está bien, aunque a mi no me guste quien es ahora, está bien. Sé que va a pasar, solo espero que me tome menos tiempo que la última vez.
Quiero ser esa que alguna vez empezaba a ser, que se despertaba de buen humor o o no, pero que tenía ganas de salir, de hacer lo que tenía que hacer y por cada pequeño logro se felicitaba, la que aunque a veces sufría estar sola tomaba eso como tiempo de reflexión y no de tristeza. Sé en mi cabeza que no está bien creer en algún punto que mi  felicidad es al lado suyo, sobre todo cuando ese él ya no es, pero que digo, en mi corazón lo necesito tanto todavía...
Dicen que donde encontrás dolor no encontrás felicidad, al parecer el amor no entiende de frases.

Diario de soledad (Día 9)

Sin lugar a duda, hoy fue el día más duro, no solo por soñar y pensar de mas, abrí mi corazón por un segundo y me dieron la espalda, realmente no sé qué esperaba si me vivo convenciendo de que las cosas son así... De todas formas dolió, fue duro y no pude retener todo lo que quería, colapse, saque el alma abajo de la lluvia por unos minutos, acompañe al cielo un rato y llovi yo también.
Quizás esté bien, quizás la lluvia y las lágrimas me ayuden a limpiar un poco el alma para empezar a recomponerla pedasito por pedasito. Pero me falta aprender que su ausencia es una elección y que lejos o cerca el se va y yo lo dejo ir. Acá estoy rota, completamente rota, pero solo tengo que seguir para adelante porque para otro lado no puedo ir.

Mi bebé, mi amor, Titito, mi vida, Pepo, príncipe amarillo, con todo mi dolor que es más nuestro que mío te dejo volar sin mi.

En mi cabeza, que piensa demasiado, que no descansa, no me cierra como la persona que me dió el mejor año de mi vida, que como nadie nunca antes ni después me hizo sentir la persona más feliz del mundo hoy puede ser la misma que una y otra vez me rompa el alma, que una y otra vez se siente tan frío y extraño, es un extraño, uno al que cuesta olvidar, dejar de amar.

Larga noche

Empezó la noche con algunas lágrimas, algunas tristezas que tuve que esconder, con una fuerza de no sé donde seguí... Hablar con gente, con desconocidos de algo que no quiero no es el mejor de los planes y no ayuda demasiado, pero como a todo, hay que ponerle ganas. La soledad que me caracteriza en un lugar lleno de gente no es buena compañera, levanta miradas y molestias en mi. Me voy, buscando paz y por un segundo lo consigo, hasta que me doy cuenta que este no es mi lugar, rodeada de desconocidos, de almas que no me son ni cercanas ni compatibles, ser empática y considerada hoy se siente como ser una estúpida.
Se necesito solo un cruce de palabras insignificante para que la noche y la almohada me vieran llorar hasta ahogarme.
Otra vez siento que me quiero ir, pero a dónde, sola o con gente, no se muy bien que hacer. Es más difícil caminar recto en el abismo.
Las cosas no terminan después de horas de escuchar gente hablar y gritar, replanteando porque yo en su lugar hago lo que hago, me dormí, para despertarme habiendo soñado una realidad no tan paralela, con el, el que me rompió el alma por vez número mil, por el que perdió en mi vida.

Sin lágrimas esta vez me pregunto por que  yo que te saque más sonrisas que nadie, que te seque mil lágrimas y te desnude el alma mil veces me llevo la peor parte? Como tenés el alma en paz habiendo hecho llorar a alguien que sabes que te ama o que te amó tanto alguna vez. No es resentimiento porque lo que había que perdonar está hecho, no quiero entender, solo quiero seguir, pero es asombro de que jamás podría dañarte e irme con el alma entera para seguir como si nada...
En fin solo le deseo lo mejor, que sea feliz y que logré encontrarse y que lo haga antes de encontrarse solo y lastimado (que de eso se mucho) me despido de a poco y en silencio porque ya hice mucho ruido antes y de nada sirvió, las despedidas son otra forma de alargar la estadía y en su corazón ya no había lugar para mi alma grande.

Diario de soledad (Día 8)

Sigue igual, todavía me cuesta asimilar el hecho de que el no sea el, que no sea mi persona en el mundo, todavía me muero por un beso, un abrazo, una sonrisa, pero no muero, de hecho me siento más viva que otras veces, estar rodeada de tanta gente no me da espacio para caer, y aunque mi sonrisa siga perdida, mis ganas de todo estén en un 20% , sigo, sigo por mi, realmente quiero avanzar, cambiar lo que me frena, realmente quiero amarme un poco más, cuidarme y respetarme, aunque sea la mitad de lo que ame a alguien más. Miento si digo que no quisiera despertarme un año atrás al lado suyo, en Argentina en Brasil donde sea, pero al lado de quien? Esa persona ya no es, tiene otros valores, otros objetivos, otros intereses. Pero yo, yo sigo acá sigo siendo yo, firme, con metas, con miedos, con un camino largo para recorrer sola o con quien tenga corazón para acompañarme, otro día que va pasando y otro día más cerca de sonreír, reír y amar muy fuerte.

Ella y él

Lo ama con locura, puede más que su vida, más que su fuerza, más que todo, no importa cuanto la lastime, no sale de su cabeza, mucho menos de su corazón, ella sabe que está mal, sabe que tiene que seguir sin el, sabe que es difícil, sabe que va a extrañarlo, necesitarlo, sabe que va a doler, y va a doler mucho, pero no importa que tanta seguridad tenga, realmente no importa tener la certeza de que esa persona, ese él que tanto quiere ya no es, cambio, cambio para mal, se convirtió en alguien en quien no ve a su amor, pero juraría que tiene la misma sonrisa y muy de vez en cuando hasta el mismo brillo en los ojos de los que se enamoró alguna vez. Pero el no, el se desencontro, se fue de ella buscando algo más, alguien más quizás, que volviera a hacerlo sentir pleno, pero no, aunque fue y volvió no se encontró, porque ya no es quien sabía ser o eso cree ella, quizás el sea más feliz así. Todo se resume en que ella lo amó más de lo que permite Dios y con mucho dolor, muchas lágrimas y broncas en el alma puede decir que lo ama, sin titubear. Y él, él bueno, la quiere, quiere lo que ella le dió alguna vez, pero se quiere mucho, mucho más a si mismo. Ninguno de los dos tiene un amor sano, dos que fueron almas gemelas y hoy son casi extraños.
Así es la vida, todo no se puede, y donde uno no quiere dos no pueden.
Con mucha tristeza elijo decir que todo pasa, el en mi, yo en el, este dolor, incluso nuestro amor.

Diario de soledad (Día 7)

A la fuerza me toca entender que nada es lo que parece, que hasta el más grande amor puede dejar de ser, que el dolor puede matarte sin morir, que no importa la distancia, cuanto camines, lo que llevas adentro va a seguir adentro y va a seguir doliendo, que la única forma de avanzar es tomando decisiones, acertadas, erradas, importantes o no, pero siguiendo pese a todo.
No sé bien cómo se describe mi ser hoy, siento estar, pero no estar, ver, pero no ver, hoy casi no soy. La traición, la desilusión, el desamor de alguien por quien dabas la vida te destruye por dentro.
Cierro los ojos, respiro profundo, pienso un segundo las cosas y elijo no desperdiciar el tiempo, seguir... aunque por ahora no logre sonreír, todo llega y todo pasa. 

Corazones de mentira 
que se estaban obligando 
a vivir falsas promesas 
de un amor desencontrado 

Extraña

Tan extraño que no seas parte de mi, tan extraño sentirte ajeno, tan extraño elegir no saber de vos, tan extraño aceptar que vivas sin mi, tan extraño SER en este mundo sin tu amor.

Diario de soledad (Día 6)

Me levanto un día más, no digo que no tenga sentido porque lo tiene, vivir, pero no importa cuántas sonrisas se fuercen adentro sigue ese ahogo, esa tristeza... De todos modos, aunque esa tristeza no sea algo extraño, hay una parte que no conozco, una que me cuesta aceptar, me levante dispuesta a dejar ir, me levanté con la idea en la cabeza que la única forma de perdonar es decir adiós, será finalmente el límite? Debería serlo, el respeto no se pierde, POR NADIE, NUNCA. MENOS CONMIGO MISMA.