Diario de soledad (Día 11)

Un día más que se va yendo, un día más que sobrevivo y que lucho, un día en el que no, no me reí sin pensar en nada, ni disfrute como me hubiera gustado hacerlo del lugar donde estoy, pero si sonreí dos veces ninguna fue forzada. Una vez más no aguante, mi alma blandita, melosa y rota le hablo, le confesó en un te odio el te amo más grande, y en un te extraño el te necesito más evidente y paradójico, contradictorio y hasta un poco erróneo, la misma persona que me rompió el alma una y otra vez con una sola palabra me la acaricio por un segundo o eso es lo que se sintió adentro... Entre tantos escombros una gota de luz, una ínfima que se terminó por ir, pero bueno, al menos me deja saber que todo lo que siento sigue casi intacto... No fue un mal día, pese a las lágrimas, pese a la tristeza, sentí paz en algún momento que es mucho más que nada.
Me da un poco de ansías volver, sentir el abrazo de alguien querido, alguien que me respete y conozca mi dolor aunque sea un poco, pero por otra parte me da algo de temor volver y sentirme igual que cuando me fui, otra vez desesperada por sacar esta tristeza, volver a sentir la soledad como un dolor enorme y no poder controlarlo. Confío en mi, confío en mi fuerza, en mi lucha, en el amor que construyo conmigo misma y en que todo pasa si uno quiere.
Nunca se está 100% seguro de nada, solo queda prepararme para lo que sea que venga bueno o malo, la tormenta seguirá o cesará no lo sé, en algún momento el sol brilla, SIEMPRE.