Una lagrima, un hecho.

Todo tiene un final, todo termina, incluso escaparse.
Volví, sobre mi cama tu ropa, tu perfume. Sin querés se acercó a mí cara y sin querer derrame algunas lágrimas. Vuelve una y otra vez esa sensación de querer su abrazo. La justa presión que calma.
Pero entiendo que no. Entiendo que hace mucho perdonar es soltar, olvidar.
Me siento perdida entre tanto tiempo, tanto espacio y tanta gente. En el medio de la ciudad buscando compañía en mis recuerdos. En el medio de la ciudad, lágrimas.
Hace mucho y por la misma persona me dijeron que una mañana iba a despertar sin querer que vuelva, que una mañana de pronto iba a ser diferente. Sé que si, también aprendí que eso requiere un esfuerzo, voluntad, mucho, pero mucho amor propio.
Los milagros no sé si existen. Eso es un hecho.
Y el amor a uno de los dos un día se le rompe, eso también es un hecho.