Admito que te pienso, incluso acá, incluso con el volcán nevado que se ve desde mi ventana, lloro de risa muchas veces, pero aún así, te pienso.
La noche se pone un poco melancólica y me persigue el recuerdo de un abrazo, me sigue hasta las casas de recuerdos, donde siempre hay algo que me recuerda a vos. Quizás llevo algo con la intención de una excusa para verte, aunque por dentro sepa que es un error.
Me siento extraña.
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